miércoles, 10 de enero de 2018

Helga la Grande

- La Gobernadora me mira tan sinceramente. Y es tan frágil, delicada...pero fuerte a la vez. No le teme a nada con tal de luchar contra las mafias. Pero cuida de su familia igual. Bueno, el marido se le fue pero ella se hace cargo de sus hijas. Es una leona luchadora, todo un ejemplo para mis nietas.Es como una ama de casa en el gobierno, como si fuera yo...

- Mirta! Alcánceme el caldito por favor!..y la bandeja!

El sol rebota en la plata dibujando crisoles en los ventanales del despacho. La Gobernadora mezcla con la American, emprolija, vuelve a mezclar y a emprolijar. Arma níveas lineas y aspira con estilo y un dolar enrollado. Sus pupilas se dilatan, agita bruscamente su cabeza de lado a lado y golpea el escritorio de roble con el puño cerrado, al tono de un sapucay improvisado. Mirta se lleva la bandeja a la cocina y continúa cotorreando con su comadre.


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