Andaba de un lado a otro como sandía en carro...
¿Qué???
Naaada, que andaba de un lado a otro como
sandía en carro, el David
¿Y cuándo lo viste vos al David?
Alguien golpea las manos en la puerta. Ruth se incorpora con todo
el desgano posible y camina hasta la entrada. Cuando abre ve a un morocho
macizo bajando cajas de una Traffic. Tiene dos enormes aureolas oscuras debajo
de los sobacos de su remera gris.
¿Qué es ésto?
Dijo el David que usté ya sabía...
Ruth deja la puerta abierta para que el muchacho entre las cajas,
va a la cocina, se sirve un tereré, pasa el trapo rejilla por la mesada y se
queda inmóvil, mirando la multiprocesadora.
¿Qué se pirateó ahora?
Ni ideaaa che...yo me lo encontré en el casino, nos tomamos un par
de cervezas y me dijo que iba a llegar algo a tu nombre. Que lo guardáramos
unos días y él después lo mandaba a buscar. Cuando salimos iba como atando la
calle, en zigzag, cuesta abajo. No sé cómo no se fue de boca ese...
Aja...
Ruth le da el termolar y el mate a Peteco y le pone cara de “sebá
y callate”. Abre una de las cajas y saca una riestra de salamines picados fino.
Peteco andá y comprate un cuarto de queso Mar del Plata, querés?
Cuando escucha cerrarse la puerta Ruth saca del fondo de la caja un
paquete envuelto en cinta de embalar. Lo lleva a la cocina, corta una punta con
un Tramontina y prueba la mercadería.
Después de guardar los paquetes en una valija grande, la sube al
baúl del auto. Se cambia de vestido, cierra la llave de paso, abre el garage y
sale marcha atrás, enfilando hacia el sur.
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